La cirugía permite tratar únicamente algunas epilepsias parciales o generalizadas no controladas o refractarias al tratamiento médico.
El tratamiento quirúrgico consiste en la exéresis del tejido cerebral o lesión responsable del cuadro epiléptico; con el fin de eliminar las crisis o, al menos, disminuir la frecuencia de las mismas.
Para ello se debe llevar a cabo lo siguiente:
- localización adecuada y topografía del foco epiléptico
- evaluación de las relaciones anatómicas con las estructuras funcionales vecinas (por ejemplo, el área del lenguaje, etcétera)
¿Cuando debe proponerse en tratamiento quirúrgico y, por lo tanto, una evaluación prequirúrgica debería llevarse a cabo?
- Si las crisis no pueden ser controladas a pesar del tratamiento farmacológico
- Si la epilepsia es focal.
- Si el paciente esta de acuerdo con una posible intervención quirúrgica.
Si el propósito de la evaluación es eliminar las crisis o, al menos, disminuir la frecuencia de las mismas a través del tratamiento quirúrgico. En caso de tener preguntas, se ruega tenga a bien enviar un correo electrónico a alguno de nuestros colaboradores
¿Cuales son los examenes utilizados durante la evaluación prequirúrgica?
Esta evaluación tiene por objetivo precisar la localización del foco epiléptico. En la actualidad, es frecuentemente necesario recurrir a procedimientos invasivos. Sin embargo, los nuevos métodos de exploración disminuyen progresivamente las indicaciones de estos últimos.
Dentro de los exámenes no invasivos podemos citar los siguientes:
- Examen clínico neurológico
- Examen neurosicológico
- Video-electroencefalografía
- Resonancia Magnética Nuclear de alta resolución
- La Tomografía por Emisión de Positrones (PET) y tomografía computada por emisión de fotón único (SPECT)
- Espectroscopia por resonancia magnética nuclear (RMNS)
Para poder llevar a cabo dichos exámenes, es necesario hospitalizar al paciente durante una a dos semanas.
En el 10% al 20% de los casos, el foco epiléptico y las zonas funcionales no pueden ser identificados de manera precisa. En ciertos casos una investigación invasiva puede ser necesaria. Esta exploración consiste en un monitoreo de la actividad eléctrica por medio de electrodos en el parénquima cerebral o implantados en la corteza, con el fin de captar las crisis espontáneas y de precisar las relaciones anatómicas entre el foco y las diversas estructuras vecinas.
En nuestro centro de investigación todas las técnicas invasivas y no invasivas se encuentran disponibles.