La epilepsia se define como un cuadro crónico caracterizado por la presencia de crisis recurrentes y espontáneas.
Se trata de una enfermedad relativamente frecuente, con una prevalencia del 0.5-1% de la población europea; lo cual corresponde al 1.6-3.2 millones de personas.
La incidencia suele ser importante en la población pediátrica; sin embargo, dicha enfermedad puede presentarse a edades más tardías, inclusive en personas de edad avanzada.
Dado que su etiología es variable, es necesario aplicar el tratamiento adecuado. En la mayor parte de los casos, el tratamiento farmacológico es suficiente para controlar la mayoría de los trastornos epilépticos, produciendo una mejoría en la calidad de vida del paciente al disminuir la frecuencia de presentación de las crisis.
Sin embargo, existen un 20% de pacientes refractarios al tratamiento medicamentoso. Dichos pacientes podrían beneficiar de un tratamiento alternativo, tal como el tratamiento quirúrgico. La cirugía tiene por objeto eliminar las crisis o, al menos, disminuir la frecuencia de las mismas.